SI TE ENFADAS RESPIRA.

SI TE ENFADAS RESPIRA.
De donde provienen los sueños?

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ESTIMADOS LECTORES:

Decirles en primer lugar, que gracias por entrar en mi blog y en segundo lugar que espero fervientemente que les guste.

Nunca se escribió

Breve instante que me dedicáis queridos lectores, muchas gracias.

martes, 4 de mayo de 2010

Pasa y como si no pasara.

Nubes, ves como pasan.
Viento, ves como pasa.
Olas, ves como pasan.
Gente, ves como pasa.
Otra noche más, oyendo tus llantos niña, algún día me contaras que te sucede cuando el sol deja de mirar por tu humilde ventana. El sueño hace que te piquen los ojos y hoy ya es tarde para que te duermas, los dias, ves como pasan, unos vienen, otros van, otros ni vienen ni van simplemente estan.
Ya me contaras niña, él a su tiempo por que te dejó pasar.
Tu en tu interior que sientes pequeña?
Sientes que llegas tarde, o demasiado justo. Con el tiempo entre la sien y las manos, de golpe a golpe se aferra y se cierne a ti cada vez más el dolor, el ardor que al día esas manos al rozar alcanzaste y el momento ahora has de rogar.
Ya pedirá él luego niña,
lo que no vera llegar,
como tu ahora no ves llegar.
Como vanidosas sus manos, sus gestos, y su piel aun que seca y áspera, sedosa a su vez vendran y notaras como en ti se perderan.
Ya encontraras un día por ti mismo lo que a cada grito de su corazón pierdes.

La nube ves pasar y no quieres ver,
la ola ves pasar y no quieres romper,
el viento ves pasar y no quieres parar,
la gente ves pasar y no quieres hablar.
Otra noche más el poco sueño yace fuera y no dentro, mientras todo duerme recuerdas las migajas que en la cama se marchitan de ti misma, el desazón de tus brazos al rozar.
No puedes dormir, no concilias el sueño por que todo lo que hoy día ves él sigue siendo dueño. 

domingo, 25 de abril de 2010

Quizás mañana sea mejor.

-Sabes he vuelto a soñar que volaba.-
-Es de imaginar, siempre sueñas lo mismo, una y otra, y otra vez.-
-Pero no era el mismo sueño, simplemente era como lebitar.-
-Lo se, lo se; entre sus brazos, y luego dirás "Oh que brazos".-
-Y que manos y que pelo, y que sonrisa la suya con la que alimentaba mis ojos, y que labios los suyos con los que alimentaba mi boca.-
-¿Podrías dejar de ser tan pragmática?-
-Podría, si quisiera. Pero no quiero, olvidar la ternura con que sus ojos me miraban. Sería atroz.-
-Descansa, tanto sueño te dejara sin un atisbo de conciencia.-
-Y si de verdad me mirara, con esos ojos... yo me comía el mundo...
En cambio, mira, con que tristeza se abruma mi corazón, y responde el por que.
¿Acaso no se puede ser feliz?
Tengo miedo, incluso, a que algún día me mire de verdad, y todo en mi se oiga crujir, e interminablemente siento en mi cabeza el susurro de su voz cuando habla con otras ¿y no se que sería de mi?, como si tan pequeña fuera, que mi memoria no llega a ver nada, el día que a su vez me hable y evoque el más sencillo despido.-
-Hablas demasiado...¿Por que no callas...?-
-En realidad me siento pequeña pero grande a su vez mientras ando a su lado, o piso sus pasos. La sombra que conmueve los arboles hablan también de él... Quien no lo haría, si es fruto de lo más hermoso. Que sería para mi, el amor si él no existiera.
Si no existiera, mi universo con el se hundiría. Apaciguando así las tristezas.-
-Mi cabeza no puede continuar tu rapidez. ¿por que no descansas?-
-Si de verdad pudiera, yo misma desear a otro que no fuera él, i cumplir tal vez sus deseos, me sentiría liberada e inquieta de no promover el mismo amor que antes se espiraba a mi alrededor. ¿Por que siento la culpa aquí adentro como si fuera mía?
La libertad es solo el ser imperfecto que una vez fue encerrado y deseoso de salir, al abrir sus alas le llamó libertad. Al que no ha estado nunca encerrado, no se le pueden estrechar esas palabras entre los nudillos de las manos. Por eso mismo siento en mis entrañas, que por muy pequeña sea yo misma, la libertad no se encuentra al mismo alcance, por mucho que abra las alas no llegare nunca a alcanzar su parsimonia.
Entrada ya la rabia me siento encerrada, y si dice que querer es poder, querer y no poder, es más para no hacerle sufrir ni un minuto al ser que aguarda con migo el mismo fruto de quererme y no poderme.-

viernes, 16 de abril de 2010

No hay día de descanso


Dormiría toda la vida si de ese modo pudiera parar el tiempo y suspirar entre los sueños.
Las luces marean a mi alrededor, la conciencia se hace difusa y especialmente siento que me derrumbo por dentro.

Estoy impaciente y no se en realidad por que.
Me consume una rabia que no controlo, y el egocentrismo pasa a dar zancadas sobre mi cabeza, me silban los oídos, apenas pienso en las consecuencias de mis actos, y me siento atraída por el desdén que eso conlleva.

Podría perderme muy lejos y quizás ni te darías cuenta.
Podría susurrarte que te quiero y quizás ni te darías cuanta.
Podría odiarte y guardarte el rencor que concierne a todo el universo pero... quizás ni te darías cuanta.

Tengo miedo a perder el horizonte de mis pensamientos sin razón alguna o por razón alguna, empezar a tambalear el mundo entero y seguir las lineas de los latidos con la yema de los dedos.
Hay caminos sin fin que desearía recorrer y ninguno al alcance de los longevos lazos del placer. Romper a correr mirando hasta contrariar los errores mismos, y negar luego lo nuevo para seguir lo oprimido adentro muy adentro del control que todo lo sume.

martes, 13 de abril de 2010

No hay día de descanso

Martes medio día.

-¿Que hay para comer?-
-Está en la cocina, abre la nevera y lo encontraras.
No me ha gustado el día de hoy, la mañana ha ido demasiado lenta y no me picaba la curiosidad por nada, me revolvía en la cama aun que hiciera cinco minutos que sonaba el despertador, llevaba el pelo sucio así que después de un desayuno con falta de hambre me he metido en la ducha, el baño estaba frío y el agua no encontraba su termino medio, el champú rechazaba mis ofensas cuando lo sujetaba con fuerza para que no se me escurriera, pero sin lograrlo.
Luego, vístete, péinate, arréglate...
No recuerdo ni las palabras que balbuceaba mi vecina cuando me la he topado en el ascensor, y llegando a la planta baja me preguntaba por el tiempo.
No, no era un buen tiempo, estaba nublado.
Como me iba a gustar un cielo nublado sin esos rayos de sol que suelen sacar la felicidad de las mañanas.
No, no era un buen día.
Salí por la puerta y empecé a andar sin prisa, pero sin pausa. El reloj marcaba las 08:25. ¿Por favor.. quien había cambiado las luces de la farmacia?
Rescate de mi bolsillo un pequeño papel mientras buscaba las irregulares luces del semáforo, que siempre se ponen en rojo cuando llegas a ellas.
-Unos pantalones pitillo rojos o lilas. Un vestido de verano, NO + CAMISETAS!!-
Que alegría... justo cuando el semáforo se posa en verde giro la cabeza y diviso a mi mejor amiga subiendo la cuesta arriba desde su casa para ir al instituto.
Otra vez en rojo.
Mire otra vez el reloj de la farmacia: 8:29.
Llegare tarde. ¿Por que a mi? Tenía como una especie de presentimiento, no era bueno, era como un buen humor que aparecía ahora.
Recordaba como si hubiera pasado en ese mismo momento el día anterior, las risas que nos hicimos yo y Marta (mi mejor amiga) desde la salida del instituto para ir al centro comercial, asta que volvimos a casa.
Eso era felicidad, eso era de verdad lo bueno. Pero en ese momento sentía como una alegría que no salía de dentro.
Era él, hora empezaba a subir la cuesta. Ora vez en rojo.
Hoy no llegaría nunca, el sudor de mis manos empezó a dispararse, y oí en mi interior como una voz que me gritaba -tiratee a la carretera!!.-
Lo siento querida voz pero hoy no será tu día.
Cogió mi mano, y al fin pasamos el estúpido paso de zebra para llegar a la otra calle. Intente mirarle a los ojos pero mi propio pelo me tapaba la visión.
Quería disculparme con el por haber sido tan borde y bocazas ayer, me había pasado. No me miró, quizás no se acordaba.
Subimos las escaleras asta nuestra clase. Podía oler el olor de su colonia, y el rozar de su chaqueta contra mi muñeca, pude ver también la manera con la que meditaba sobre sus propios pasos.
¿Que podría estar pasando por esa cabeza tan y tan desconocida para mi?
Tardaba mucho en sonar la campana de salida y ya me sentía nerviosa por irme de allí.
Habíamos discutido, prácticamente desde hacía dos horas interminables, y no sabía si quería ver como salía feliz con sus amigos.

Odio su forma de ser.
Odio sus ojos.
Odio su sonrisa.
Odio su manera de hablar.
Odio sus juegos, sus malditos pasos lentos y pensativos sin decirme nada.
Lo ODIO.


Pero lo peor de todo es que no le odio. Si no que me gusta todo lo que es y lo que le hace ser él.